domingo, 28 de julio de 2013

CUENTO: TRES VERSIONES DE JUDAS de Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges
(1899–1986)


Tres versiones de Judas
(Artificios, 1944;
Ficciones, 1944)




There seemed a certainity in degradation.
T. E. Lawrence: Seven Pillars of Wisdom, ciii



         En el Asia Menor o en Alejandría, en el segundo siglo de nuestra fe, cuando Basílides publicaba que el cosmos era una temeraria o malvada improvisación de ángeles deficientes, Niels Runeberg hubiera dirigido, con singular pasión intelectual, uno de los coventículos gnósticos. Dante le hubiera detinado, tal vez, un sepulcro de fuego; su nombre aumentaría los catálogos de heresiarcas menores, entre Satornilo y Carpócrates; algún fragmento de su prédicas, exonerado de injurias, perduraría en el apócrifo Liber adversus omnes haereses o habría perecido cuando el incendio de una bibilioteca monástica devoró el último ejemplar del Syntagma. En cambio, Dios le deparó el siglo veinte y la ciudad universitaria de Lund. Ahí, en 1904, publicó la primera edición de Kristus och Judas; ahí, en 1909, su libro capital Den hemlige Frälsaren. (Del último hay versión alemana, ejecutada en 1912 por Emili Schering; se llama Der heimliche Heiland.)
         Antes de ensayar un examen de los precitados trabajos, urge repetir que Nils Runeberg, miembro de la Unión Evangélica Nacional, era hondamente religioso. En un cenáculo de París o aun en Buenos Aires, un literato podría muy bien redescubir las tesis de Runeberg; esas tesis, propuestas en un cenáculo, serían ligeros ejercicios inútiles de la negligencia o de la blasfemia. Para Runeberg, fueron la clave que descifra un misterio central de la teología; fueron materia de meditación y análisis, de controversia histórica y filológica, de soberbia, de júbilo y de terror. Justificaron y desbarataron su vida. Quienes recorran este artículo, deben asimismo considerar que no registra sino las conclusiones de Runeberg, no su dialéctica y sus pruebas. Alguien observará que la conclusión precedió sin duda a las “pruebas”. ¿Quién se resigna a buscar pruebas de algo no creído por él o cuya prédica no le importa?
         La primera edición de Kristus och Judas lleva este categórico epígrafe, cuyo sentido, años después, monstruosamente dilataría el propio Nils Runeberg: No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas (De Quincey, 1857). Precedido por algún alemán, De Quincey especuló que Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma; Runeberg sugiere una vindicación de índole metafísica. Hábilmente, empieza por destacar la superfluidad del acto de Judas. Observa (como Robertson) que para identificar a un maestro que diariamente predicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traición de un apostol. Ello, sin embargo, ocurrió. Suponer un error en la Escritura es intolerable; no menos tolerable es admitir un hecho casual en el más precioso acontecimiento de la historia del mundo. Ergo, la trición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención. Prosigue Runeberg: El Verbo, cuando fue hecho carne, pasó de la ubicuidad al espacio, de la eternidad a la historia, de la dicha sin límites a la mutación y a la carne; para corresponder a tal sacrificio, era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno. Judas Iscariote fye ese hombre. Judas, único entre los apóstoles intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesus. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y ser huésped del fuego que no se apaga. El orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las manchas de la piel son un mapa de las incorruptibles constelaciones; Judas refleja de algún modo a Jesús. De ahí los treinta dineros y el beso; de ahí la muerte voluntaria, para merecer aun más la Reprobación. Así dilucidó Nils Runeberg el enigma de Judas.
         Los teólogos de todas las confesiones lo refutaron. Lars Peter Engström lo acusó de ignorar, o de preterir, la unión hipostática; Axel Borelius, de renovar la herejía de los docetas, que negaron la humanidad de Jesus; el acerado obispo de Lund, de contradecir el tercer versículo del capítulo 22 del Evangelio de San Lucas.
         Estos variados anatemas influyeron en Runeberg, que parcialmente reescribió el reprobado libro y modificó su doctrina. Abandonó a sus adversarios el terreno teológico y propuso oblicuas razones de orden moral. Admitió que Jesús, «que disponía de los considerables recursos que la Omnipotencia puede ofrecer», no necesitaba de un hombre para redimir a todos los hombres. Rebatió, luego, a quienes afirman que nada sabemos del inexplicable traidor; sabemos, dijo, que fue uno de los apóstoles, uno de los elegidos para anunciar el reino de los cielos, para sanar enfermos, para limpiar leprosos, para resucitar muertos y para echar fuera demonios (Mateo 10: 7­8; Lucas 9: 1). Un varón a quien ha distinguido así el Redentor merece de nosotros la mejor interpretación de sus actos. Imputar su crimen a la codicia (como lo han hecho algunos, alegando a Juan 12: 6) es resignarse al móvil más torpe. Nils Runeberg propone el móvil contrario: un hiperbólico y hasta ilimitado ascetismo. El asceta, para mayor gloria de Dios, envilece y mortifica la carne; Judas hizo lo propio con el espíritu. Renunció al honor, al bien, a la paz, al reino de los cielos, como otros, menos heroicamente, al placer.[1] Premeditó con lucidez terrible sus culpas. En el adulterio suelen participar la ternura y la abnegación; en el homicidio, el coraje; en las profanaciones y la blasfemia, cierto fulgor satánico. Judas eligió aquellas culpas no visitadas por ninguna virtud: el abuso de confianza (Juan 12: 6) y la delación. Obró con gigantesca humildad, se creyó indigno de ser bueno. Pablo ha escrito: El que se gloria, gloríese en el Señor (I Corintios 1: 31); Judas buscó el Infierno, porque la dicha del Señor le bastaba. Pensó que la felicidad, como el bien, es un atributo divino y que no deben usurparlo los hombres.[2]
         Muchos han descubierto, post factum, que en los justificables comienzos de Runeberg está su extravagante fin y que Den hemlige Frälsaren es una mera perversión o exasperación de Kristus och Judas. A fines de 1907, Runeberg terminó y revisó el texto manuscrito; casi dos años transcurrieron sin que lo entregara a la imprenta. En octubre de 1909, el libro apareció con un prólogo (tibio hasta lo enigmático) del hebraísta dinamarqués Erik Erfjord y con este pérfido epígrafe: En el mundo estaba y el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció (Juan 1: 10). El argumento general no es complejo, si bien la conclusión es monstruosa. Dios, arguye Nils Runeberg, se rebajó a ser hombre para la redención del género humano; cabe conjeturar que fue perfecto el sacrificio obrado por él, no invalidado o atenuado por omisiones. Limitar lo que padeció a la agonía de una tarde en la cruz es blasfematorio.[3] Afirmar que fue hombre y que fue incapaz de pecado encierra contradicción; los atributos de impeccabilitas y de humanitas no son compatibles. Kemnitz admite que el Redentor pudo sentir fatiga, frío, turbación, hambre y sed; también cabe admitir que pudo pecar y perderse. El famoso texto Brotará como raíz de tierra sedienta; no hay buen parecer en él, ni hermosura; despreciado y el último de los hombres; varón de dolores, experimentado en quebrantos (Isaías 53: 2­3), es para muchos una previsión del crucificado, en la hora de su muerte; para algunos (verbigracia, Hans Lassen Martensen), una refutación de la hermosura que el consenso vulgar atribuye a Cristo; para Runeberg, la puntual profecía no de un momento sino de todo el atroz porvenir, en el tiempo y en la eternidad, del Verbo hecho carne. Dios totalmente se hizo hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue judas.
         En vano propusieron esa revelación las librerías de Estocolmo y de Lund. Los incrédulos la consideraron, a priori, un insípido y laborioso juego teológico; los teólogos la desdeñaron. Runeberg intuyó en esa indiferencia ecuménica una casi milagrosa confirmación. Dios ordenaba esa indiferencia; Dios no quería que se propalara en la tierra Su terrible secreto. Runeberg comprendió que no era llegada la hora: Sintió que estaban convergiendo sobre él antiguas maldiciones divinas; recordó a Elías y a Moisés, ,que en la montaña se taparon la cara para no ver a Dios; a Isaías, que se aterró cuando sus ojos vieron a Aquel cuya gloria llena la tierra; a Saúl, cuyos ojos quedaron ciegos en el camino de Damasco; al rabino Simeón ben Azaí, que vio el Paraíso y murió; al famoso hechicero Juan de Viterbo, que enloqueció cuando pudo ver a la Trinidad; a los Midrashim, que abominan de los impíos que pronuncian el Shem Hamephorash, el Secreto Nombre de Dios. ¿No era él, acaso, culpable de ese crimen oscuro? ¿No sería ésa la blasfemia contra el Espíritu, la que no será perdonada (Mateo 12: 31)? Valerio Sorano murió por haber divulgado el oculto nombre de Roma; ¿qué infinito castigo sería el suyo, por haber descubierto y divulgado el horrible nombre de Dios?
          Ebrio de insomnio y de vertiginosa dialéctica, Nils Runeberg erró por las calles de Malmö, rogando a voces que le fuera deparada la gracia de compartir con el Redentor el Infierno.
         Murió de la rotura de un aneurisma, el primero de marzo de 1912. Los heresiólogos tal vez lo recordarán; agregó al concepto del Hijo, que parecía agotado, las complejidades del mal y del infortunio.

1944


[1] Borelius interroga con burla: ¿Por qué no renunció a renunciar? ¿Porqué no a renunciar a renunciar?.

[2] Euclydes da Cunha, en un libro ignorado por Runeberg, anota que para el heresiarca de Canudos, Antonio Conselheiro, la virtud «era una casi impiedad». El lector argentino recordará pasajes análogos en la obra de Almafuerte. Runeberg publicó, en la hoja simbólica Sju insegel, un asiduo poema descriptivo, El agua secreta; las primeras estrofas narran los hechos de un tumultuoso día; las úttimas, el hallazgo de un estanque glacial; el poeta sugiere que la perduración de esa agua silenciosa corrige nuestra inútil violencia y de algún modo la permite y la absuelve. El poema concluye así: El agua de la selva es feliz; podemos ser malvados y dolorosos.

[3] ­Maurice Abramowicz observa: “Jésus, d'aprés ce scandinave, a toujours le beau rôle; ses déboires, grâce à la science des typographes, jouissent d'une réputabon polyglotte; sa résidence de trente­trois ans parmi les humains ne fut en somme, qu'une villégiature”. Erfjord, en el tercer apéndice de la Christelige Dogmatik refuta ese pasaje. Anota que la crucifixión de Dios no ha cesado, porque lo acontecido una sola vez en el tiempo se repite sin tregua en la eternidad. Judas, ahora, sigue cobrando las monedas de plata; sigue besando a Jesucristo; sigue arrojando las monedas de plata en el templo; sigue anudando el lazo de la cuerda en el campo de sangre. (Erlord, para justificar esa afirmación, invoca el último capítulo del primer tomo de la Vindicación de la eternidad, de Jaromir Hladík).



ACTIVIDAD




Instrucciones generales: A partir de la lectura y relectura del cuento y del trabajo de seguimiento de pistas textuales realizar lo siguiente


a) Escribir un comentario crítico de un mínimo de 600 palabras
b) Este debe responder a la siguiente pregunta problema: 

¿De que modo la intertextualidad y el concepto de literatura como reescritura es posible distinguir en el relato de Borges?



c) A partir de lo anterior se debe proponer una interpretación del cuento.




16 comentarios:

  1. El texto “Tres versiones de Judas” habla sobre Niels Runeberg, quien ha partir de sus escritos, analiza el personaje de Judas basándose en sus actitudes y acciones a lo largo de su mera existencia. Borges nombra tres versiones sobre la situación de Judas a partir de dos libros escritos por Runeberg: “Kristus och Judas” y “Den hemlige Frälsaren”. Finalmente, luego de explicitar todas sus conclusiones tomadas a partir de ambos textos, se relata que Dios no quiere ser revelado en la Tierra de los mortales, por lo que provoca la muerte a cualquiera que se acerque a su secreto, o como lo explica Runeberg: “Sintió que estaban convergiendo sobre él antiguas maldiciones divinas”.
    La intertextualidad y el concepto de reescritura propio de Borges, se distingue de una manera muy clara y precisa en el relato, ya que, constantemente se utilizan referencias a otros textos ya escritos, y de la misma forma, a otros autores. Es por eso, que se presenta un constante diálogo entre el autor Neils Runeberg y Borges, produciéndose una intertextualidad mutua, directa y patente. Además, se produce un ciclo entre los autores, ya que, de Borges se pasa al narrador del texto y de éste se pasa a Runeberg, y luego nuevamente se vuelve al autor Argentino, ocasionando que se vuelva al inicio de una manera concurrente. De esta forma, es posible ligar el cuento “Tres versiones de Judas”, con diversos textos que se citan dentro de éste mismo, generando que el concepto de reescritura sea válido, porque Runeberg basa sus libros y la reformulación de éstos, en elementos como las citas bíblicas o referencias a otros autores como De Quincey. Por ejemplo, se puede hablar del epígrafe del texto que utiliza Borges: “No parecía una certeza en la degradación”, éste hace referencia a que Runeberg perdió credibilidad en su época al modificar y reescribir constantemente su libro, presentando cambios rotundos de opinión, tanto en los lectores de su libro, como en el propio autor. Es así, como incluso se produce una intertextualidad entre las estructuras de los textos literarios, utilizando la estructura narrativa de un artículo para narrar un cuento, es así como, se produce una combinación creativa de técnicas literarias.
    Otro elemento a rescatar es el objetivo de Runeberg: reescribir y cambiar una historia conocida universalmente, y más relevante aún, es su iniciativa por transformar la versión que tiene el Cristianismo sobre un personaje clave y característico como lo es Judas. Se acusa al autor de afrontar la visión clásica, de contradecir lo que ya esta escrito, por ejemplo el tercer versículo del capitulo 22 del Evangelio de San Lucas: “22:3 Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era uno de los Doce.” Para Runeberg “No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas” (De Quincey, 1857). Produciendo, que Cristo deje de ser el Redentor enviado por Dios, convirtiéndose Judas en el salvador secreto: “Ergo, la traición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención” (Borges, 1944)
    A partir de lo expuesto anteriormente, se puede interpretar que Borges realiza una valoración a Runeberg y de sus obras, ya que este autor rompe con la visión clásica del Cristianismo, pero sin embargo, se ve afectado por las acciones de Dios y muere como todos los personajes expuestos al final del cuento de Borges, siendo Runeberg el único que muere en el olvido. Además, podemos agregar que en el texto del autor argentino, se presenta un quiebre de la verdad absoluta impuesta por la Iglesia desde tiempos inmemorables, la realidad sobre Judas se vuelve relativa y su papel puede ser trascendental en la historia, ocasionando incluso, un cambio de paradigma cristiano y de las ideas canónicas y absolutas. Se genera un juego con la suposición en la literatura borgiana, con la pregunta que surge al pensar qué hubiera ocurrido si los hechos se hubiesen dado de otra forma.


    Renato Lira y Antonia Mosso <3

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  2. En el texto de Jorge Luis Borges hay presente diversos modos de escritura, pero sin duda el que más sobresale es la combinación de distintos textos y la escritura de literatura a partir de otra ya hecha. En la gran variedad de cuentos que posee, es posible distinguir estos elementos principalmente en el epígrafe y en las notas del autor a pie de página, a veces en el mismo texto. “Las tres versiones de Judas” no es excepción, pues posee elementos de intertextualidad al igual que toda la obra de Jorge Luis Borges, por ejemplo en el epígrafe: “There seemed a certainty in degradation” es una frase presente en capítulo CIII del texto de Thomas Edward Lawrence “Seven Pillars of Wisdom”. Que significa Allí parecía una certeza en degradación y hace referencia a la idea la historia que va a narrar no es del todo cierta como fue escrita y que posee una verdad oculta detrás. Borges también hace referencia a textos cómo “Christelige Dogmatik” de Hans Martensen en la tercera nota al pie de página: “¬Maurice Abramowicz observa: “Jésus, d'aprés ce scandinave, a toujours le beau rôle; (…) trente¬trois ans parmi les humains ne fut en Somme, qu'une villégiature”. Erfjord, en el tercer apéndice de la Christelige Dogmatik refuta ese pasaje.”
    En la obra de Borges también es posible distinguir la reescritura de literatura que se repite a lo largo de toda su obra. Pues en ella, el autor ha hecho el análisis de la obra de un supuesto Nils Runeberg quien ha escrito a partir de textos bíblicos y de la historia de Jesús tres versiones del porque de la traición de Judas y de porque el es el verdadero redentor, en otras palabras, una historia aparte originada a partir de la original.
    La manera en que Borges dialoga con distintos textos es una gran innovación literaria, pues le da a las obras ya escritas una nueva mirada al ser rescritas que enriquecen la visiones que tenemos sobre un texto en particular. Por ejemplo, “La casa de Asterion” es una narración que hace referencia a la mitología griega del Minotauro, que establece una visión a partir de los ojos de la criatura. Sin embargo, este cambio de perspectiva no sólo cambia el relato, sino que también ocasiona un cambio en la mirada que tenemos del monstruo, desde un miedo aterrador a una mirada lastimera. Así mismo pasa con “Las tres versiones de Judas” que le quita al ya mencionado, la mirada desleal que tenemos sobre él, y lo muestra como el nuevo salvador.
    El texto nos da a percibir a manera de interpretación personal que Jorge Luis Borges no está simplemente escribiendo una fantasía cristiana apócrifa haciéndola parecer un ensayo verdadero, sino que también está jugando con nosotros los lectores, pues su verdadero objetivo es confundirnos para hacernos aceptar una realidad distinta a la verdadera, hasta imposibilitarnos la distinción de la identidad de las cosas, de que Judas fue el verdadero Jesús por ejemplo. Así se puede ver en la obra “monstruosamente dilataría el propio Nils Runeberg: No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas” “la traición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención” “Judas, único entre los apóstoles intuyó la secreta divinidad y el terrible propósito de Jesús.” Esto se debe principalmente a que el relato fantástico es presentado con las características y modalidades típicas del texto expositivo, por lo tanto, al enfrentarnos a él, lo hacemos aceptando como realidad su contenido. Sin duda es un texto innovador.

    Joaquín, Cristian, Esteban

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  3. El cuento “Tres versiones de Judas de Borges, presenta a Niel Runeberg, quien a través textos analiza a Judas planteando una imagen totalmente diferente a la que se ha formado tradicionalmente sobre este personaje. “Kristus och Judas” es el libro donde Runeberg nos presenta su primera teoría, “Den hemlige Frälsaren”, donde plantea modificaciones del anterior texto sobre el personaje analizado. Borges concluye su texto exhibiendo la idea del último libro de Runeberg, Cristo no es el verdadero redentor, es Judas.
    El concepto de reescritura y la relación entre textos o intertextualidad, se ve repetidas veces en el relato de Borges, por esto es que vemos que muchas veces hace referencia a textos anexos al que leímos. Esto le proporciona, al texto del autor argentino, un carácter dinámico, ya que nos mantiene en una interacción, constante e interesante, entre el lector, el autor y los personajes nombrados en el relato. De esta manera el autor genera un escrito dirigido a un tipo de lector, es decir, no cualquiera comprenderá el sentido de este, tendrá que existir conocimiento previo sobre algunos temas.
    Por ejemplo, "recordó a Elías y a Moisés, ,que en la montaña se taparon la cara para no ver a Dios; a Isaías, que se aterró cuando sus ojos vieron a Aquel cuya gloria llena la tierra; a Saúl, cuyos ojos quedaron ciegos en el camino de Damasco; al rabino Simeón ben Azaí, que vio el Paraíso y murió; al famoso hechicero Juan de Viterbo, que enloqueció cuando pudo ver a la Trinidad; a los Midrashim, que abominan de los impíos que pronuncian el Shem Hamephorash, el Secreto Nombre de Dios". En este fragmento se ve un intertexto indirecto, ya que no se saca la información directamente desde la biblia, si no que selecciona un trozo del relato de Nils Runeberg y este fue el que cita a la Biblia. Este tipo de fenómeno literario le otorga a Borges la capacidad de creatividad o de innovación en la literatura
    A medida que la biblia fue trascendiendo en el tiempo se fueron formando interpretaciones y por sobre todo, posiciones, que en este caso repercuten en Judas. Siempre ha sido nombrado como el traidor, pero es aquí donde se produce un punto de inflexión en la tesis de Runeberg, ya que al rescatar la imagen y los objetivos de este épico personaje, se puede interpretar que también está cambiando los paradigmas del cristianismo. Runeberg toma una posición crítica y contradictoria hacia toda una teología, de éste modo toma una posición para contra argumentar el gran libro del cristianismo, la biblia. Un caso particular es cuando desarticula el evangelio de San Lucas en la frase “, Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era uno de los Doce” (Juan 22:3), porque Runeberg al entregarnos tal pista, nos da a conocer que lo dicho en esta cita es completamente falso “No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas” (De Quincey, 1857)”. De tal magnitud es la nueva teoría sobre la posición de Judas que Runeberg, plantea la transformación de Dios ya no en Jesús sino en Judas, “Dios totalmente se hizo hombre hasta la infamia, hombre hasta la reprobación y el abismo. Para salvarnos, pudo elegir cualquiera de los destinos que traman la perpleja red de la historia; pudo ser Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue judas.”(Borges) Al romper con la visión del Cristianismo frente a la imagen de Judas, también entra a romper con los cánones de la inquisición, sembrando un nuevo paradigma, al invitar a cuestionar los dogmatismos. Lo que hace Borges es crear un personaje el cual se mezcla con la veracidad de la realidad y le da un peso a través de su conocimiento de la filosofía.

    Javiera F., Cristobal P.,Gabriel S.

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  4. La narrativa de Borges se caracteriza y se enmarca dentro de lo que él denomina reescritura de lo ya escrito. Para el argentino, todo aquello que goza de ser escrito, es literatura. En ese sentido las relaciones entre los textos que Borges cita y hace alusión se asocian a este concepto de reescritura. De esta manera, en el cuento “Tres versiones de Judas”, la intertextualidad toma gran relevancia, ya que lo que hace Borges es reescribir y redescubrir la historia ya contada sobre Judas, tomando tres aspectos fundamentales; metafísica, moral y el hecho de que Dios se rebajara a ser hombre para la redención de género humano. El cuento de Borges es una clara alusión hacia la religión y los textos bíblicos como instrumento reivindicativo de la figura de Judas en la Historia. Ese es el primer elemento de la relación intertextual, a la cuál Borges alude constantemente al relacionar los textos bíblicos ya mencionados con los postulados de Runeberg, que pretendían absolver a Judas como aquel ente representativo de los valores de la traición, la deslealtad, etc. He aquí nuevamente la presencia de la intertextualidad que da sentido al cuento de Borges, y por ende, su literatura. La relación que Borges establece en el cuento y las constantes referencias de diversos autores, le entregan al cuento una dinámica que le da movilidad y libertad de escritura al estar dentro de lo que se denomina como el género fantástico y la ficcionalidad como realidad única. Esta dinámica, Borges lo explicita en la estructura que toma el cuento. Dentro de la ficción, el cuento está estructurado como un artículo y análisis sobre las tres versiones que Runeberg hizo sobre Judas. En ese sentido, el concepto de reescritura e intertextualidad Borges la transforma en la base sustancial del relato. En otras palabras, lo que hace Borges es reescribir, en un cuento, las tres de versiones, realizando un análisis, retomando las palabras de Runeberg y transformando la figura de Judas como el redentor, en desmedro de Jesús. La reescritura y la intertextualidad funcionan como una serie infinita y sucesiva que da cuerpo, estructura y coherencia a lo escrito (tal como la serie Fibonacci en las matemáticas), otorgando, desde los aspectos ya mencionados, el redescubrimiento e interpretación de la historia bíblica.

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    1. Ahora, interpretando el cuento, podemos mencionar que para el narrador, es un artículo que muestra las conclusiones teológicas de Runeberg y no un cuento. Runeberg, siendo profundamente religioso, postula un quiebre canónico en la idea de dios, invirtiendo las imágenes que se tienen del bien y el mal, degradando a Jesús con la figura de Judas, quien seria realmente la humanización de dios, o también conocido como el redentor del ser. Uno de los argumentos centrales que explican su tesis habla acerca de que la divinidad en su temor por ser descubierto como un ente figurado o inclusive igualado por el hombre, se esconde dejando falsas pistas en el mundo, siendo la ascensión de Jesús como un hijo legitimo la carnada mas clara para despintarnos en su venida al mundo, pero más aún, se convierte en el antagonista, Judas, de quien fue el supuesto salvador de la raza humana. Volviendo al teólogo, apoya su idea con la experiencia propia, porque una vez publicado su controversial texto, fue desbaratado y destruido por sus colegas y gente de las distintas ordenes religiosas, por degradar la imagen del mencionado redentor, lo que dejó a Runeberg al borde de la herejía. Entonces el escritor da a conocer la inquietud que tiene el todopoderoso por ser descubierto, y así explica la nula aceptación que tiene su idea de judas como la verdadera imagen de la omnipotencia liberadora. Observamos la misma relación en otros autores, lo que a la vez refleja la intertextualidad propuesta por Borges presente en todos sus textos, en donde escribe acerca de lo ya escrito. Uno de los posibles autores que describen un la idea de la inversión divina del bien y el mal, y en el cual se inspira Borges, es Hermann Hesse, quien en su libro “Demian”, genera a un personaje perteneciente una especie de secta cainista, dedicada al controversial hijo de Adán y Eva, y la cual apoya y vive con la idea de que Caín era realmente el buen hermano y que no temía a Dios, quien lo exilia a tierras lejanas donde nace la civilización humana, pudiendo ser Caín el padre del hombre, elegido para esto por el todopoderoso.

      Nicolás Yáñez, Héctor Valdivia y Camilo González.

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  5. En el cuento Tres versiones de Judas, el lector encuentra el clásico estilo de Jorge Luis Borges. Un uso inteligente de referencias históricas y bibliográficas ficticias que le entregan un marco contextual coherente y le otorgan un sentido de veracidad al relato, se entremezclan con una prosa fluida y consistente.
    En este caso, el texto que usa el ensayo como forma literaria, permite al escritor argentino presentar una versión novedosa de hechos que forman parte de la cultura tradicional. Siempre, desde una perspectiva que sorprende, al proponer una visión distinta e, incluso, contraria a la creencia común.
    Tres versiones de Judas hace una exploración similar a La Casa de Asterión, donde Borges entrega la visión no explorada del Minotauro, visto no como el atemorizándote monstruo mitológico, sino como el ser sufriente y solitario que sólo desea ser liberado por Teseo. En Tres versiones de Judas, Borges aplica el mismo criterio analítico. Aunque abandona el relato en primera persona y la narración introspectiva y expone sus propuestas a manera de ensayo, el punto de vista es el mismo. Deja a un lado la versión común y enfrenta la figura de Judas exponiendo tres posibles versiones no revisadas anteriormente.
    Usando a un ficticio intelectual llamado Nils Runeberg, describiéndolo como miembro de la Unión Evangélica Nacional y hondamente religioso, el escritor propone un denominador común (todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas) y tres versiones del personaje bíblico. En la primera, indica que Judas Iscariote es el único de los apóstoles que intuyó el propósito superior de Jesús, revelando y hasta provocando su destino divino. La segunda, asume que Judas se habría mortificado sólo para glorificar aún más la imagen de Dios, representada en Jesús. Así, el apóstol expresa una profunda humildad, al creerse indigno de ser bueno. La tercera versión eleva aún más a Judas, llevando a la posición de Dios. Según Borges, para salvar a la humanidad, Dios eligió ser Judas; no Jesús.
    Pero aunque la propuesta parece novedosa, este ensayo de Borges es sólo un cuento… ¿o es que este cuento, es sólo un ensayo? Quizás por esto, Borges le da a Nils Runeberg un destino similar al de Judas: “ebrio de insomnio y de vertiginosa dialéctica, Nils Runeberg erró por las calles de Malmö, rogando a voces que le fuera deparada la gracia de compartir con el Redentor el Infierno. Murió de la rotura de un aneurisma, el primero de marzo de 1912”.

    Benjamín Espeso, Tomás Guajardo y Catalinda Gajardo

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  6. El relato de Jorge Luis Borges ‘‘tres versiones de Judas’’, da a conocer las tres versiones que Niels Runeberg planteó sobre Judas y su traición. La primera plantea que la traición fue un acto necesario, ya que habría intuido las intenciones de Jesús y como éste se había rebajado a mortal, Judas como discípulo tendría que rebajarse a delator, siendo así el reflejo del propio Jesús ‘‘el orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo’’. La segunda teoría sugiere que este apóstol no se sentía digno de tener la felicidad de hacer el bien, ya que esto es propio de la divinidad, por lo que habría recurrido a tal delación, renunciando al reino de los cielos demostrando que los hombres no debían apropiarse de él y debía bastarles con la dicha del señor. Por último, la tercera hipótesis propone que Dios realmente se encarnó en Judas y no en Jesús, ya que para encarnarse en hombre y realmente salvar la humanidad, debió hacerlo hasta la infamia, ‘‘hombre hasta la reprobación y el abismo’’. En el texto también, se explica que dios, con la intención de no dar a conocer su verdadera identidad u origen, priva de vida a todo aquel que se entere de esta.
    Aquellas suposiciones que costaron a Runeberg duras acusaciones de infamia y de marginación por ciertos sectores, no fueron para él más que confirmaciones de la misma verdad que él propuso, ya que esa habría sido la intención de Dios y él, al destapar el terrible secreto sería víctima de un horrible destino. En alusión a esto, Borges cuestiona “¿qué infinito castigo sería el suyo, por haber descubierto y divulgado el horrible nombre de Dios?”.

    Esto se apoya en el objetivo de Runeberg de crear una reescritura de la literatura modo de análisis de lo que ya se ha escrito, en este caso, la visión cristiana sobre Judas Iscariote, poniendo en duda lo que se veía en ese entonces como verdad absoluta, ya que le otorga una reinterpretación a un personaje de gran relevancia en la religión cristiana y a toda una historia universal. Por lo que la intertextualidad ayuda como recurso para lograr ligar ciertos puntos claves que pueden estar dispersos dentro de un texto, ser parte de distintos escritos, distintas teorías que al unirse son capaces de dejar en evidencia aquella idea primordial que inconscientemente nos negamos y cegamos a admitir por miedo a irrumpir con lo que está consensuado o universalmente aceptado como verdadero. Un claro ejemplo de esto, y que además demuestra intertextualidad dentro del texto de Borges, es la presencia del epígrafe: “There seemed a certainty in degradation. (Parecía una certeza en degradación)”, la que interpretamos como la atenuación que podría producir la aparición del texto de Niels Runeberg de la idea común que se tuvo y que siempre ha tenido la sociedad cristiana sobre Judas Iscariote, que según los evangelios, lo caracterizan y sobre sale por ser el apóstol que traicionó a Jesús.

    De este modo, en el escrito de Borges se mantiene una especie de diálogo entre él y Runeberg, esto se convierte en una característica común, recurrente y esencial en la literatura borgeana, la que por lo general alude y hace referencia, tanto de manera directa o indirecta a varios textos y autores, como por ejemplo, cuando realiza citas a la biblia y a Thomas De Quincey. Al hacer esto, el escritor argentino también tiene la posibilidad de entregar una versión y visión más “actual” de los textos que reinterpreta, lo que permite mayor comprensión y participación de parte del lector. Con este texto deja en evidencia el concepto de reescritura y el objetivo de crear intertextualidad, donde utiliza como base de sus textos otros textos y la reinterpretación de éstos.

    Nicole Aymans, Sofía Aceituno e Isidora Sims

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  7. Se puede entender como intertextualidad como al conjunto de relaciones que abordan a un texto determinado, por medio de referencias a diversos textos y/o autores, lo cual es posible distinguir en el cuento de Borges "Las tres versiones de Judas", ya que apela constantemente a la Biblia prioritariamente y a otros textos, en particular, a los de De Quincey y a otros escritos hechos por su protagonista “Nils Runeberg”, como el de "Kristus och Judas", un ejemplo de su recurrencia a estos diversos textos es: "No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas". Y con respecto al concepto como reescritura, con el sólo hecho de crear a un personaje crítico "Nils Runeberg", que tal hace un análisis con respecto a cierto capítulo de la Biblia, específicamente a la "traición" cometida por Judas según el texto bíblico, lo que de por si es una reescritura, ya que al hacer una crítica debe referirse a otro texto anexo, dado que por definición, la crítica identifica la opinión, examen o juicio que se formula en relación a una situación, servicio, propuesta, persona u objeto y que suelen manifestarse de manera pública y girar en torno al contenido de una obra artística, lo que deja en claro que debe de apelar a otro texto, para formular dicha opinión.
    Y con respecto a nuestro personaje principal, y su análisis sobre los actos de Judas, se encarga de investigar, y de alguna forma justificar los hechos cometidos por el mismo, lo que transforma a nuestro critico en traidor, ya que al reescribir y reinterpretar sobre la Biblia, refutando a la misma, y que además, bajo sus análisis, deja a Judas como el redentor de la historia, al contrario de cómo lo creía la religión, de que según ellos, era Jesús.
    La reescritura en Jorge Luis Borges se puede ver en los escritos reiteradas veces, pues hace referencia a los textos adjuntos, dándole diferentes puntos de vista e interpretándolos de tal manera que puede cambiar completamente el sentido de los textos, analizándolos y transformarlos. En este cuento, “Las tres versiones de Judas”, toma citas de la misma Biblia para hacer referencia y que para así poder validar, reinterpretar y reescribir sobre los hechos ocurridos en tal texto.
    A partir de todo lo dicho anteriormente, se puede interpretar la escritura de Borges, que al reescribir y citar diversos textos, haciéndonos dudar de dicha procedencia, nos hace ver casi obligatoriamente de otra forma el texto verdadero pues existe un despliegue de conocimiento tal que es difícil distinguir lo verdadero de lo falso, sin tener que hacer una labor previa o posterior en distintas partes, pues su objetivo es confundir al lector hasta el punto de aceptar lo falso como verdadero, logrando de esta manera que el lector de dichos cuentos se convierta en un tipo de detective, que lo pone a prueba sobre su cultura y formación y que además, logra que la historia cambie absolutamente, donde la traición de Judas no fue casual.
    Su estructura ensayista presente es parte del propósito estructural de Borges pues no sólo lo ficticio es presentado como real, sino también podemos creer que estamos leyendo un texto objetivo y bastante realista, siendo que en realidad lo que estamos leyendo es un relato fantástico creado maravillosamente por Borges, ya que cumple específicamente con la finalidad de dichos texto, dado que nos hace vacilar entre realidad y ficción.
    Por último, en "Las tres versiones de Judas" la forma ensayística no es un albedrio, ya que responde al constante titubeo de los ficticio con lo real que tiene lugar a través de toda su narrativa; junto a autores ilustres, prestigiosos libros y respetadas teorías Borges hace alternar autores ficticios, libros apócrifos y teorías inventadas

    Angeles Uribe y Daniela Solís

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  9. En el cuento “tres versiones de Judas” de José Luis Borges, nos encontramos con una narración llena de matices interesantes a analizar como lo son la intertextualidad y la reescritura que Borges incorpora en sus relatos de tal modo que hasta sus personajes utilizan esta particular forma que tiene Borges para narrar, que apela al lector activo, que busca información acerca de lo que lee, sacándonos un poco de la comodidad de los ya conocidos textos informativos, en la literatura de Borges es necesario buscar, investigar, para llegar a la cabal compresión de sus cuentos. En “Tres versiones de Judas” Borges a través de un narrador nos expone la obra de un escritor religioso llamado Nils Runeberg, el cual escribe dos libros “Kristus och Judas” y “Den hemlige Frälsaren” a través de textos bíblicos Nils, en primera instancia, compara a Judas con Jesús, y los pone a la misma altura de modo simétrico "El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, discípulo del Verbo, podía rebajarse a delator (el peor delito que la infamia soporta) y a ser huésped del fuego que no se apaga" y en la siguiente se refiere a Judas como el verdadero hijo de Dios "El asceta, para mayor gloria de Dios, envilece y mortifica la carne; Judas hizo lo propio con el espíritu. Renunció al honor, al bien, a la paz, al reino de los cielos, como otros, menos heroicamente, al placer", con esto radicaliza su postura, que es rechazada 3 veces por teólogos, con esto llega a la conclusión de que este rechazo es obra de Dios al no querer que su secreto se supiera. La reescritura es un elemento importante en Borges, nos muestra el proceso de cambio con el que vemos las cosas, al ver algo por primera vez nos parece de una forma, pero en el momento de volver a mirar, tiende a cambiar; así mismo vemos la transformación en Nils con la reescritura, que se fundamenta justamente en una re-lectura de la mismísima biblia. Con su escritura, Nils, cambia radicalmente la visión que teníamos de Jesús y Judas. En este punto podemos decir entonces que la reescritura va enlazada diréctamente con la re-lectura. Por otro lado el inter-texto es algo que también se repite en Borges y que nos invita a dialogar con los textos a los cuales hace referencia, poniendo en juego la comprensión del mismo cuento, vemos como hace referencia al inicio del relato a muchos autores entre ellos Dante escritor de “la divina comedia”, o la misma biblia que cita a lo largo de todo su texto, nombra a Satornilo y Carpócrates, cabe preguntarce con estas referencias o “pistas” ¿quienes son estos sujetos?, ¿que tienen que ver con lo que el cuento nos quiere transmitir? Según Satornilo “Cristo no había tenido una realidad física”, con este dato que resulta al buscar información acerca de este personaje, nos damos cuenta, no solo de que el cuento puede tener que ver con el tema religioso y con cristo, si no que nos acerca a otras versiones cristianas de Dios que en su tiempo eran consideradas herejía, haciendo énfasis en el viaje intelectual que se puede experimentar, al seguir las referencias de los mismos textos, ejercicio que deviene en la interpretación, haciendo de esta un pilar fundamental; este elemento transforma al lector, no solo en un simple receptor, si no en un viajero literario, que al buscar en diferentes textos, encuentra más y más referencias que van nutriendo su visión sobre el tema tratado, pasando de un texto a otro, en busca de la comprensión de los mismos. Con esto Borges enlaza sus cuentos de ficción con otras ramas de la escritura no consideradas como tal, aunándolos de tal forma, que la literatura pasa a ser todo lo escrito, ya que cada texto hace referencia a otro similar. Es un viaje que nos traslada en el tiempo y también por diferentes temas del gran libro de la historia.

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  10. Por Javier Aburto y Ornella Riffo

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  12. En el texto “Tres versiones de judas” lo que Borges hace es hablar de manera crítica sobre el filósofo Runeberg y sus “supuestos” dos textos: “Kristus och Judas” y “Den hemlige Frälsaren” , en los cuales se hace referencia y análisis con respecto al polémico personaje bíblico Judas, tomando en cuenta sus acciones, tales como el hecho de que entregase a Jesús para forzarlo a declarar su divinidad. (“ Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma”). Según el análisis que hace sobre los textos, el real redentor es Judas (Produciendo, que Cristo deje de ser el Redentor enviado por Dios, convirtiéndose Judas en el salvador secreto), generando una controversial forma de interpretar uno de los libros más antiguos: La Biblia.
    En los textos de Borges no se nos hace dificultoso encontrar la presencia de reescritura literaria, ya que suele hacer referencias a otros textos y escritos, y este cuento no es la excepción, como ya sabemos, Borges a lo largo de todo el texto, hace referencia a diferentes textos y autores creando una intertextualidad, una constante relación y un “diálogo” entre ellos.Todo lo cual que es muy innovador para la época, ya que presenta una forma nueva de escritura que nos da una nueva mirada de diferentes textos que han sido escritos años atrás y nunca se hubiese pensado darle un significado como el que se nos propone en el cuento, ya que la historia de Judas suele ser tomada como un hecho literal, simplemente una historia más de este libro sin buscar un significado tan radical entre líneas como logra hacerlo Borges (“No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas”), con lo cual logra romper paradigmas y causando grandes polémicas como las que se pueden encontrar citadas en el cuento (“Los teólogos de todas las confesiones lo refutaron. Lars Peter Engström lo acusó de ignorar, o de preterir, la unión hipostática; Axel Borelius, de renovar la herejía de los docetas, que negaron la humanidad de Jesús; el acerado obispo de Lund, de contradecir el tercer versículo del capítulo 22 del Evangelio de San Lucas.”).
    El tema principal del texto habla de Dios y su arduo esfuerzo por no ser descubierto e igualado al hombre, tratando de ocultarse sin lograrlo a cabalidad ya que ha dejado un imborrable rastro de su presencia en el mundo. Jesús fue tan solo utilizado como un señuelo para que nadie notara la presencia de Dios, y para no levantar sospechas escogiò nada más y nada menos que el papel de Judas, el hombre que es mundialmente conocido por haber traicionado al supuesto hijo de dios. Esta asociación no pasa inadvertida, entre los devotos creyentes, quienes con sus críticas provocan la reescritura del texto original, en la que el escritor al contrario de cambiar su interpretación, la reafirma, pero esta vez se respalda con el argumento: “ Dios no quería que se propalara en la tierra Su terrible secreto”.
    La literatura de Borges no sólo nos muestra un punto de vista diferente al general, literal y clásico, sino que además, debido a la característica de intertextualidad presente en gran parte de sus textos hace al lector dudar sobre lo que lee, sumergiendolo en un constante va y ven entre lo real y lo ficticio, pues logra hacer que su cuento sea bastante semejante a una crítica sobre hechos reales, algo así como un ensayo o un texto argumentativo, cuando realmente no es más que un simple cuento que nos presenta una mezcla de teología, filosofía y ficción elaborado minuciosamente.


    Natacha, Mariana y Manuel Cañete.

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  13. La intertextualidad corresponde a el uso de la transtextualidad (dialogo o relación entre dos o más textos diferentes) estableciendo vínculos y/o relaciones entre dichas obras. En el texto de Jorge Luis Borges “Tres versiones de Judas”, se presenta a un personaje clásico de la literatura y de la historia, propiamente religiosa, que es “Judas”, este personaje es la clásica representación del traidor. Donde el autor establece una serie de relaciones y reescribe al personaje de Judas, construyendo a partir de elementos en común nuevas teorías a partir de la historia original, representando tres supuestos propósitos que lo llevaron a realizar su actuar. En el texto tradicional de la biblia, Judas entrega a Jesús a los Romanos por dinero, revelando la codicia y ambición, sin embargo no le sirvió de nada vender al Nazareno, ya que la culpa termino consumiéndolo hasta terminar suicidándose, lo que representa el castigo por lo que es privado de la estadía eterna en el cielo, pagando así sus culpas y su mal actuar. En “Tres versiones de Judas” Borges, realiza una crítica ficticia a los planteamientos de un supuesto teólogo sueco llamado Niels Runeberg, quien engrandece las acciones de Judas de tres formas diferentes, entregándole nuevas interpretaciones a este suceso clásico, la primera consiste que en Judas habría sido el único que intuiría el propósito de Jesús, la segunda teoría plantea que Jesús no requería de un hombre para redimir a todo los hombres pero aun así el apóstol no habría seguido a su codicia si no fuera para una mayor gloria de Dios donde después de pensar decide renunciar a los cielos por no creerse digno del privilegio de ser bueno, por último finalmente postula que Dios se rebaja a ser hombre para la redención del género humano y el destino que elige es convertirse en Judas, elemento no antes visto en el texto bíblico. Complementando esto tal como se expresa en el texto, se dice que “era necesario que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un sacrificio condigno”.
    Así es como a través del cuento, la intertextualidad es algo constante cuando se refiere a los textos bíblicos o a supuestos estudios hechos por Rubeberg, quien demuestra ser un personaje ficticio creado por Borges, al que utiliza para realizar su “critica”. Pero que sin embargo puede referirse a otro(s) reconocido teólogos y religiosos. Por ende logra generar una crítica real a los distintos teólogos de la época actual.
    Como pudimos observar Jorge Luis Borges “reescribe” el texto con variaciones que se alejan de la moral dogmatica de la iglesia, pues recurre a convertir al personaje desdichado en un personaje valorado. Así es como, relatándonos las tres versiones logra establecer un dialogo que hace actuar su literatura occidental y nueva con antiguos textos relacionados con alusiones que hacen referencia a la divinidad de Dios. Aparte de esto agrega sobre el Apóstol que “Obró con gigantesca humildad, se creyó indigno de ser bueno” al convertirse en un ser humilde, no digno de merecer la divinidad de los cielos, Judas se transforma, y es reescrito e interpretado, “Judas buscó el Infierno, porque la dicha del Señor le bastaba. Pensó que la felicidad, como el bien, es un atributo divino y que no deben usurparlo los hombres”.
    Dentro de la ficción misma del cuento Borges crea también diversos vínculos literarios que hacen referencia a otros escritos de su personaje como lo es “Den hemlige Frälsaren” o “Kristus och Judas” y “De Quincey” quien especuló que Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma; Runeberg, este teólogo sueco ficticio sugiere una reivindicación de índole metafísica, descartando hábilmente la superfluidad del acto de Judas.
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    Rayén Lincoqueo, Javiera Segura, Catalina Gamboa.

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  14. La intertextualidad es el vinculo entre dos textos, en otras palabras es el dialogo ente textos, se manifiesta atreves de citas, referencias, parodias, y nunca debe confundirse con el plagio. La intertextualidad era la herramienta preferida del fallecido argentino Jorge Luis Borjes, de echo el afirma que toda la literatura es reescritura, ergo todo literatura posee intertextualidad. El escritor argentino no se limita tan solo a hacer referencias de otros textos en sus cuentos, el va mucho más allá el toma personajes e historias de dominio popular, y las transforma, muchas veces narrando el lado B de estas historias o personajes como lo hace en su cuento la casa de Asterión en el cual el mino tauro (criatura mitológica griega) narra su propia historia, pero esta vez la aterradora criatura se nos presenta irónicamente de una forma patética, triste, y todo esto lo realiza mediante la intertextualidad. Generalmente, cuando se leen los relatos de este autor no se comprenden en una primera instancia, ya que todas sus narraciones están escritas en base a otros textos, así que es absolutamente necesario conocer a que texto es al que hace referencia el autor para comprender de buena manera sus cuentos. Además es importante tener presente que en la mayoría de los cuentos del autor antes mencionado se repiten elementos, como lo son el laberinto, la redención y la reescritura

    La intertextualidad es tan utilizada por Borjes, se deja ver de fácil manera en su cuento Tres versiones de judas, el cual en una primera impresión parece un articulo, pero si hacemos una re-lectura podemos comprender que en realidad es una narración, también podemos ver que este cuento posee referencias de la biblia en el cual se cita a varios personajes de ella como lo son Isaías y Juan, también menciona a Elías y a Moisés, o sea: posee intertextualidad. Pero si indagamos más a fondo en este relato daremos cuenta que en realidad lo que escritor argentino está haciendo es reescribir la historia de judas, este tradicional mente se conoce como un personaje malo, que traiciona al hijo de dios Jesús delatándolo a los romanos, provocándole la muerte, pero en el cuento de Borjes, este personaje se nos transforma el redentor de la humanidad, y en cierto sentido cambia de roles con Jesús, todo esto lo hace por medio un falso ensayo, en el cual nos menciona que dios, por miedo a ser descubierto, nos envía a Jesús como una especia de distracción, para el tomar la forma de Judas el verdadero salvador de la humanidad según el cuento, esta gran creación (o más bien recreación) literaria es solo posible gracias a la intertextualidad, ya que si no conociéramos o no existiese el relato "original" (o sea el que nos da a conocer la biblia) este cuento seria incomprensible.

    Si analizamos de manera más minuciosa podemos ver otro ejemplo de intertextualidad, y esta vez es del famosísimo libro "El ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha", pero ¿como si al parecer en ninguna parte se menciona esta gran obra?, en el quijote el narrador se "quita" la responsabilidad se su obra, y se la da a un personaje ficticio un historiador, en el caso de las tres verdades de Judas el narrador basa sus ideas en un tal Niels Runeberg el cual es un personaje ficticio, o sea el narrador del cuanto de Borjes también se "quita" la responsabilidad de su relato y se la otorga a un personaje ficticio



    Si buscáramos una interpretación de Las tres versiones de Judas, podríamos llegar a que lo que se busca en este cuento es la reivindicación de lo que comúnmente se considera malo, este quiere cambiar los estándares comunes, relativizar lo que pensamos como malo, y esto lo hace mediante el de judas, que como bien se ha mencionado antes es un personaje que se le reconoce comúnmente como traicionero y pecador, Borjes lo transforma en el salvador de la humanidad. Este cuento es un ejemplo de cómo todo puede ser relativizado, y que todo depende del punto de vista que vean las cosas

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